Nunca imaginé cambiar de país y mucho menos había considerado la posibilidad de llevar mi música a las calles. Mi carrera se desenvolvía predominantemente en los teatros. Sin embargo, una invitación especial de un par de amigos para tocar en Italia alteró mi trayectoria. Con su rica herencia artística, Italia me recibió con los brazos abiertos, revelando un nuevo capítulo en mi vida y en mi carrera musical.

Desde el verano del 2017, las calles se convirtieron en mi escenario, un lienzo donde las notas musicales danzan con la brisa y las historias se tejen en cada acorde. Inicié este viaje musical junto a un trío de amigos, pero la magia real surgió cuando decidí explorar el arte callejero en solitario.

Así nació Andreacellolo, mi proyecto solista que busca llevar la belleza del violonchelo a rincones inesperados. Cada rincón de Italia se convierte en mi sala de conciertos improvisada, donde la música se fusiona con el arte callejero, creando una experiencia única para todos los transeúntes.